Para la actividad propuesta en el módulo 1 he buscado una noticia relacionada con la brecha salarial en la Administración Pública. Dicha noticia es la publicada en el siguiente enlace:
En ella se detalla un estudio realizado en la Administración Pública de México acerca del salario de las mujeres en la misma, resultando ser un 26% menor que el de los hombres, pese a la paridad del Gobierno.
Además, el estudio evidencia que hay otros campos donde la brecha salarial es aún más notable, como en el Ejército, donde las mujeres ganan un 38% menos que los hombres, habiendo solo una mujer por cada 16 hombres.
Referente a la Administración Pública, las cifras muestran que no hay una representación equitativa de mujeres en todos los niveles. Las funcionarias y trabajadoras del Estado siguen ganando menos que sus homólogos varones y muy pocas llegan a puestos directivos clave en la toma de decisiones dentro de las secretarías, el Poder Judicial o el Ejército.
Pienso que para resolver el problema de la desigualdad salarial es necesario tomar decisiones en las instituciones que repercutan en políticas más igualitarias e inclusivas y este cambio requiere la presencia de más mujeres en los puestos de mando.
Otro aspecto a tener en cuenta respecto al estudio y en el que habría que fomentar el cambio, es el relacionado con el tipo de carteras que ocupan las mujeres dentro de los gobiernos, resultando que las ministras suelen ocupar carteras llamadas “blandas” o “de bajo perfil” relacionadas con temas socioculturales, tales como los temas de familia, cultura, ciencia y tecnología, turismo e igualdad de género.
Por otro lado, cabe destacar que la socialización diferencial está en el origen de la desigualdad de género analizada anteriormente, ya que las personas interiorizan actitudes, valores, expectativas y comportamientos característicos de la sociedad en la que han crecido y si en esta adquieren identidades muy diferentes dependiendo del género, este proceso conduce a la creación de normas estereotipadas, siendo la misma familia, las creencias religiosas o los medios de comunicación quienes emiten estos estereotipos que acaban siendo aceptados por la mayor parte de la sociedad.
De esta forma, se termina viendo como algo cotidiano y normalizado que el hombre sea asociado al poder y la racionalidad y la mujer sea asociada con la sensibilidad y las emociones, creando sociedades poco equilibradas.
En cuanto a la estrategia que se podría seguir para acabar con las desigualdades de género detectadas, creo que es de vital importancia la educación, considerarla como una herramienta indispensable. De este modo, desde las instituciones académicas se debería educar sobre los problemas que afrontar las mujeres, siendo la formación la vía para concienciar y el componente esencial en los programas educativos.
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